Tu nombre. Lo sé de memoria, sin necesidad de recordarlo, lo tengo grabado en mi mente, siempre estará ahí, siempre lo recordare, entonces ¿por qué me cuesta tanto que esas letras salgan de mi boca? Si quiera un suspiro, no puedo, me duele. Me suena tan raro en mis labios, sin embargo cuando lo dicen los demás suena bonito. Extraño, suena así hasta en mi mente. Recordarlo me duele, ¿pero en verdad me duele? ¿Qué es lo que siento en realidad? Se me acelera el corazón. Pienso tu nombre y te imagino, te veo delante de mí. Siento hambre sin tenerla, siento calor estando helada, me siento nerviosa, siento mariposas en el estomago, ¿mariposas en el estomago? ¿Acaso eso es posible? Esa frase tan sumamente infantil, tan inverosímil, tan cursi. Tu nombre, lo sé de memoria y siempre lo sabré, aunque tú te olvides del mío yo nunca olvidare el tuyo. Tu nombre.
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